sábado, 9 de octubre de 2010

3 days in Rabbit Island


Llevábamos mucho tiempo en el mismo sitio, y nos apetecía un cambio. Nos habían hablado de una isla pequeña cerca de Kampot. Para llegar a ella, teníamos que ir a Kep, donde el marisco a la pimienta (famosa pimienta de Kampot) debía estar muy buena y además muy barato.
Asi que...hicimos una pequeña mochila, y junto con Ed y Skye, dos ingleses que habíamos conocido en el Bodhy Villah y con los que habíamos compartido horas y horas, nos montamos en un Tuk Tuk y alli que nos fuimos!

Por supuesto, antes de montarnos en el barco para ir a Rabbit Island, paramos en Kep y comimos el famoso cangrejo a la pimienta que no defraudó.


Después llego la sobremesa y como estábamos tan a gusto mirando al mar y charlando, el tiempo se nos echó encima y tuvimos que darnos prisa para coger el último barco a la isla.

Llegamos a Rabbit island casi de noche..


El viaje fue muy entretenido ya que volaron por encima de nosotros varios grupos de murciélagos gigantes que nos dieron mucho que comentar.

A la mañana siguiente amanecimos con un soleado día y toda nuestra ilusión por un día de playa y relax. Este fue nuestro bungalow donde vivimos los siguientes días, mitad para Olga y para mi, y la otra mitad para Ed y Skye.


Rabbit Island es una pequeña isla muy poco desarrollada. Solo hay 1 playa con estos bungalows (electricidad de 18:00 a 22:00) y 3 txiringuitos donde comer y beber que cerraban sobre las 10 de la noche.




La calma y el relax se apoderaron totalmente de mi. Mi día lo llenaban la arena, el mar y la lectura. Tuve mala suerte con el estómago y sufrí de gastritis así que no comí demasiado y trate de descansar al máximo.



Tras cada atardecer, tocaba ir al bungalow, encender unas velas y charlar. Willy, un chico francés que viajaba con su familia y una guitarra, ambientó cada noche que pasamos allí y atrajo a más de un vecino curioso que quería escuchar un poco de música.


Sobre las 9, era el momento de cenar aunque yo me salté la mayoría de ellas por mis problemas de estómago.
Fueron unos días muy agradables y tranquilos que me sentaron muy bién, tanto para mi estómago como para mi mente. La vida en Rabbit Island fue muy relajada y sana que era lo que necesitaba.

Tocaba volver a Kampot, para ir después a Phnom Penh. Quería ir al hospital a que chequearan mi estómago, la gastritis duraba demasiado y empezaba a ser muy molesta.

El día que dejábamos la isla nos encontramos este grupo de camboyanos, que no sabemos lo que celebraban pero aparecieron en la playa con cervezas y música y revolucionaron todo. Quisieron sacarse una foto conmigo y me pareció muy gracioso así que allí me puse con ellos y nos reimos todos juntos.

El cielo comenzó a ponerse gris y se puso a llover justo cuando tocaba montarse en el barco. Aunque fue muy molesto, nos reimos mucho en aquel barquito con aquellas olas y esa lluvia. Terminamos calados hasta los huesos..



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